Una ciudad es un conjunto de edificios y calles regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica generalmente a actividades no agrarias. Además, un paisaje urbano es aquel en el que predominan los elementos antrópicos (hechos por el hombre): edificios, puentes, catedrales y monumentos...
Salamanca se encuentra al oeste de la Península Ibérica entre Zamora y Cáceres, en la submeseta norte. Su origen se sitúa en la Edad de Hierro (s. VII a. C.). Más adelante, entre los siglos IV y II a. C. fue una ciudad romana con muralla que se llamaba Hemática. A partir de la Edad Media comenzó su expansión.
Foto aérea de Salamanca
En esta zona los problemas suelen ser edificios que están demasiado viejos o calles estrechas por donde no pasan los coches y el tráfico es difícil. La vivienda en el casco antiguo suele ser bastante cara. Por otra parte, hay muchos monumentos históricos como la Plaza Mayor, la Casa de las Conchas, las catedrales, el Palacio de Anaya...
En segundo lugar, la zona del ensanche en Salamanca tiene una trama en cuadrícula, con una forma más o menos regular. La función de esta zona es residencial y comercial, aunque tiene algunos problemas como edificios antiguos, que necesitan reformas, bastante trafico y dificultad para aparcar y el precio elevado de la vivienda.
Por último, los barrios periféricos en Salamanca están situados más allá del ensanche y también tienen normalmente una morfología en cuadrícula, con grandes bloques de viviendas para una numerosa población. La función más importante de la periferia es la residencial y la industrial, con polígonos industriales como el de los Villares, el de Villamayor y El Montalvo.
En esta zona de la periferia el principal problema suele ser la comunicación con el centro a través de transporte público, como autobuses urbanos; la recogida de basuras y la necesidad de colegios o centros de salud, que suelen estar masificados o demasiado lejos.